Los más importantes viajeros conocidos, siempre han alegado que la mejor forma de conocer a un pueblo es simplemente “comiéndoselo”; —ahora no te vayas a convertir en caníbal y justificarte con esta premisa—.
Un país tan extenso en territorio, con una mezcla tan rica de culturas, suelos, climas, y accidentes geográficos como Rusia, ofrece una gama interminable de olores y sabores en su gastronomía.
Pescados, aves, cereales, animales de caza, frutas, en fin… de miles de especies le dan al paladar del más experimentado gourmet, una posibilidad infinita de recetas y delicias que requerirían de una vida completa para poder explorarlas en sus múltiples presentaciones y variaciones.
El aporte de Rusia a la gastronomía mundial tiene muchas variables, unas más famosas que otras sin duda; nadie que sepa de sabores exquisitos en el mundo podría dejar de mencionar al famoso caviar ruso, acompañante perfecto de las mejores champañas del planeta en cada brindis de alto perfil que se celebra.
Sin embargo, no se puede dejar de lado la receta más importante y generalizada que le ha entregado Rusia a la gastronomía.
Esta preparación ha inundado el planeta y se expandido con versiones propias y adaptadas en casi todos los rincones imaginables; en Europa, Asia y América principalmente, se prepara con una frecuencia tal que ya se han apropiado de ésta.
Probablemente la más sencilla y noble, pero también con la más enorme cantidad de variaciones por su adaptabilidad de ingredientes… estoy hablando por supuesto de la “Ensalada rusa” o “Ensaladilla rusa” o conocida en el país al que le debe su nombre como “Ensalada Olivié”.
Esta ensalada fue creada en el año 1860 en el restaurante Hermitage por un joven chef de procedencia belgo-rusa y que hablaba francés, hecho por el cual muchos aseguran que este platillo originalmente ruso era de Francia, pero que ha sido comprobado pertenece al país más grande del mundo, en el que se consume especialmente a principios de año, por ser un plato que usa los mejores ingredientes que se pueden conseguir en esta temporada.
La receta original usaba ingredientes muy sofisticados como las trufas y el faisán, pero hoy en día y dependiendo de la época y del país en el que se realice, puede tener desde una humilde salchicha, hasta un cangrejo de las nieves, eso sí, no han de faltar los guisantes, las patatas, el huevo cocido y la mayonesa.
¿Qué vas a cenar hoy? ¿No se te antoja un buen caviar con champagne?
Qué digo, ¿Acaso no sería la mejor opción para hoy, una deliciosa ensaladilla rusa?
