El cráter del fin del mundo

En 2014, un cráter en el permafrost de la península de Yamal en Siberia,  fue noticia en todos los medios. Realmente era un hundimiento geológico inusual con más de 200 metros de profundidad, lo que le valió el nombre de Cráter del Fin del Mundo. En ese contexto, se generaron muchas hipótesis respecto a su origen, pero finalmente, ahora se ha descubierto el origen del cráter siberiano.

 

Aunque de manera masiva y popular se le llamó Cráter del Fin del Mundo, el nombre oficial es el de cráter de Bovanénkovo. Las investigaciones empezaron en 2014 y desde entonces se hicieron estudios comparativos con otros cráteres para saber si el origen era el mismo. Recientemente, la respuesta sobre el origen más aceptable fue publicada por un grupo de investigadores de la Universidad Lomonov, en Moscú, en un artículo en la revista Scientific Reports.

 

Origen del cráter siberiano de Bovanénkovo

La investigación científica apuntó a que el origen del cráter de Yamal es la consecuencia de la actividad crivulcánica terrestre. Lo curioso es que este tipo de actividad es casi inexistente en nuestro planeta.

La criovulcanización ha sido observada en otros planetas a través de la mira de satélites. No es otra cosa que la erupción de hielo formado por diversos compuestos. A temperaturas extremadamente bajas, se producen estas erupciones que son muy similares a las erupciones volcánicas, con la diferencia de que no arrojan rocas fundidas, sino compuestos químicos, como amoníaco y metano, en estado líquido y gaseoso.

El cráter de Yamal se produjo sobre una superficie cubierta por permafrost. Allí se formó posteriormente un lago y en el fondo del lago una masa helada que contenía gases. El lago desapareció y así fue como la masa quedó expuesta y sometida a altas presiones. Finalmente explosionó, dejando sobre el terreno el enorme cráter.

 

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