El 15 de Noviembre de 1988, la URSS alcanzó su mayor logro en la industria espacial, con el lanzamiento del transbordador Buran. 30 años después de su puesta en órbita, su éxito no ha podido ser emulado.
Y, ¿cuál fue la hazaña del Buran?
Despegando desde el cosmódromo de Baikonur, hasta su aterrizaje en el mismo lugar, el transbordador espacial realizó un vuelo no tripulado de 205 minutos, dando 2 vueltas a la tierra, de forma automática sin asistencia humana, guiado por el software de la nave y la computadora a bordo. Ni EEUU ni ningún otro país, ha podido surcar los cielos con un transbordador, sin la guía de un piloto humano. En el libro Guinness de los Récords, está recogido este hecho como uno de los mayores éxitos tecnológicos de la humanidad.
¿Cómo se consiguió construir esta maravilla tecnológica?
Con un gran presupuesto, más de 10.000 millones de dólares en la actualidad, y con una gran preparación previa.
Tengamos en en cuenta que, el programa comenzó en 1974, y hasta 14 años después no alcanzó su culminación. Su objetivo, era superar al Shuttle norteamericano, un navío similar y desarrollar completamente la tecnología de lanzamiento de vehículos reutilizables. También, se pensaba enfocarlo en el aprovisionamiento de la estación espacial Mir.
¿Qué características hacía al Buran diferente respecto a otros transbordadores?
En primer lugar, el Buran usaba queroseno y oxígeno líquido como combustible, para el sistema de maniobra orbital. Hasta la fecha, ha sido la única nave que ha usado este fuente de energía para la propulsión. Todos los demás transbordadores usan combustible hipergólico, como en el caso de su competidor más directo, el Shuttle norteamericano.
Podía transportar hasta 10 tripulantes y permanecer un mes en órbita. Los transbordadores más modernos, llevan 2 tripulantes menos y sólo pueden estar durante 17 días en la órbita terrestre.
El Buran llevaba acoplado el cohete Energía, el lanzador más poderoso construido por la URSS, con la capacidad situar en la órbita terrestre más de 100 toneladas de carga. Tal era su potencia que de un solo impulso, podía lanzar naves hasta la Luna y Marte.
Y, por supuesto, su habilidad más destacada, la capacidad de realizar vuelos no tripulados.
¿Qué ventajas tenía esto?
En primer lugar, si por desgracia ocurría un accidente no habría que lamentar vidas humanas. Luego, un ahorro de costes, al no tener que estar destinando un equipo de cosmonautas para tripular la nave.
¿Qué pasó con el Buran?
Por desgracia, este proyecto que hubiera cambiado nuestro mundo por las enormes posibilidades que abría (desde limpiar la capa de ozono, trasladar los desechos de los centrales nucleares fuera del planeta, explotación de los recursos lunares etc.), se perdió a causa de la caída de la URSS.
Con el hundimiento del país, los recursos destinados a este programa espacial y a la construcción de transbordadores espaciales, desaparecieron con la crisis económica que azotó a Rusia.
Además, la versión original del Buran, fue destruida en un accidente el 12 de Mayo del 2002, cuando se desplomó el techo del edificio donde estaba alojada. Afortunadamente, en el parque Gorki de Moscú, se encuentra expuesta una réplica para maravillarnos de este legado tecnológico, que hubiese cambiado la historia de la humanidad.
Querido Russian Lover, aunque el Buran no existe, su recuerdo permanece en nuestra memoria, y quién sabe si algún día volverá. Los designios del destino son inescrutables.
Te dejo un vídeo para que veas los restos del Buran:
Transbordadores espaciales soviéticos abandonados (Buran) en Baikonur
