Moscú, ciudad de zares y automóviles

Hoy os voy a contar algo desagradable de Moscú, para que no digáis que solo cuento historias de flores bonitas sobre esta ciudad. Y directamente os digo que esto tan desagradable y muy enfermizo es su enorme tráfico y congestión de coches. En una ciudad donde conviven más de 15.000 millones de personas cada día y muchas familias poseen hasta 1 vehículo por cada miembro, la cifra de automóviles se dispara en las calles de manera desorbitada.

Todo esto como ya sabéis repercute en la contaminación, el estrés, la salud, en el humor de la gente y como resultado en la calidad de vida. Por decirlo de alguna manera, el tráfico en Moscú es el cáncer de la ciudad y de momento no tiene cura. Aunque hoy me he alegrado al ver que en el ranking mundial de la empresa de GPS «TOM TOM», Moscú se aleja del primer puesto que en 2014 le otorgaba el distintivo de la ciudad más congestionada del mundo.

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Ahora ya está en el quinto puesto y supongo que irá mejorando en los próximos años ya que realmente se están haciendo labores para solucionar el problema. Pero los resultados están por ver y estar en el primer puesto o en el quinto no cambia nada.

De momento este es el ranking mundial de embotellamiento y pesadillas sobre cuatro ruedas en la principales ciudades según las estadísticas del año 2015:

 

1 Ciudad de México. Nivel de congestión: 59% Hora pico: 97%

2 Bangkok. Nivel de congestión: 57% Hora pico: 85%

3 Estambul. Nivel de congestión: 50% Hora pico: 94%

4 Río de Janeiro . Nivel de congestión: 47% Hora pico: 79%

5 Moscú . Nivel de congestión: 44% Hora pico: 91%

6 Bucarest. Nivel de congestión: 43% Hora pico: 87%

7 Salvador. Nivel de congestión: 43% Hora pico: 74%

8 Recife. Nivel de congestión: 43% Hora pico: 75%

9 Chengdu. Nivel de congestión: 41% Hora pico: 81%

10 Los Angeles. Nivel de congestión: 41% Hora pico 81%

 

Bien, pues como siempre os hablo de mi propia experiencia. Y es que yo he vivido la mayoría de mi vida (24 años) en un pueblo español de no más de 15.000 habitantes rodeado de bastante naturaleza y tranquilidad. Y aunque también he vivido después, algunos años en las grandes ciudades españolas (Barcelona y Madrid), nunca he sentido realmente un estrés demasiado grande por el problema del tráfico, más que en momentos puntuales. Aunque pensándolo bien, ahora que escribo esto me vienen flashes a la cabeza de algunos días infernales atascado en la M-30 de Madrid a más de 40 grados centígrados y con el aire acondicionado de mi coche funcionando a trancas y barrancas. Quizás el destino me estaba preparando para lo que me vendría en Moscú.

Cuando llegué a la capital del este, el shock más grande para mi no fue el frío ni poder comprobar que no había osos en las calles. Realmente lo que me dejó algo conmocionado en primera instancia, fueron las dimensiones colosales de todo.

Encontrarme con casi la mitad de la población de España (cantidad de gente) concentrada en una sola ciudad, fue algo que creo que a día de hoy sigo sin entender y no me acabo de acostumbrar. Pero allí estaban, los coches, el tráfico, más coches y las temidas congestiones. Y es que solo llegar a Moscú, ya te toca como regalo de recibimiento sufrir la primera «provka» (caravana), desde el aeropuerto hasta tu casa. En este caso algo más de una hora.

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Bienvenidos a Moscú, ciudad de zares y automóviles

 

La verdad es que yo me saqué el carné de conducir a los 18 años y desde entonces muy raras veces he cogido el metro o el autobús. Ya he dicho algunas veces que no me gustan los transportes públicos y por eso siempre he ido en coche a todas partes aunque no sea lo más recomendado por los ecologistas.

Pero al llegar a Moscú esta filosofía mía «cocheadicta» se rompió por completo y os aseguro que durante más de un año no llevé ningún automóvil.

Básicamente se me quitaron las ganas de conducir de golpe y creo que aún no estaba preparado para tal cantidad de coches y conduciendo en condiciones extremas de temperatura, nieve y hielo.

Y sí.. en Rusia se utiliza mucho pero que mucho la bocina. Además.. si no te sabes algún insulto en ruso, tienes las de perder..

Por eso, mejor tomarse un año sabático de coche y observar. Observando es como más se aprende.

 

Pero en Moscú aunque no lleves tu el coche, estás destinado a cumplir condena en una de estas cárceles móviles sí o sí alguna vez. Si creéis que exagero con mi metáfora de cárcel móvil, es que aún no habéis experimentado lo que es un atasco de 6 horas y media. Y es que a veces pasa, vuelves de la dacha en domingo, cuando todos están obligados a volver y por si fuera poco la cantidad de coches, cae la tormenta de nieve perfecta del siglo.

Pues podéis esperar de todo en la carretera, accidentes, grúas, hielo, asfalto derruido por los neumáticos con clavos, coches adelantando por el andén para ganar minutos etc.. Cuesta acostumbrarse la verdad, vivir en Rusia no es algo fácil, os lo he advertido alguna vez. Pero tengo que decir, que cuando pasa el tiempo, estas dificultades del día a día son menos importantes, te acostumbras, te haces fuerte y hasta forman parte de tu vida de una manera amigable.

Vivir en Rusia mola y es mucho más interesante que cuando a tu alrededor tan solo hay rutina, control, comodidades y aburrimiento. Ahora imaginaros tener un pinchazo en medio de la ciudad de Moscú cuando en el exterior hay -15 grados bajo cero. Tu móvil para colmo se está quedando sin batería..

¿Interesante verdad? Pues ya digo que este país es lo más. 🙂

Creo que por hoy ya os he asustado demasiado con el tema del tráfico, pero al final todo es más fácil de lo que parece. En Moscú lo más importante es mirar el «pronóstico del tráfico». Y es que normalmente alguien antes de salir de casa o a la vuelta del trabajo tiene que planificar su ruta dependiendo de lo embotellada que esté la ciudad.

Para que os hagáis una idea, normalmente se usan los mapas del servidor Yandex, que es el Google ruso. Si las rutas que muestran los mapas están rojas, significa que hay un atasco importante. Si están moradas, pues mejor que llames a tu mujer porque vas a tardar a llegar a casa unas horas más de lo previsto. Pero aquí está todo bajo control, para saber más rápidamente como está la ciudad de Moscú de embotellada hay un sistema de puntuación del 0 al 10, que en ruso se llama «balov». Pues 0 ballov es el paraíso y vas a conducir por Moscú como si fueras el Presidente (esto no pasa nunca) y 10 balov pues ya lo he comentado, es lo más parecido al infierno en la tierra. Ese día de 10 ballov, mejor que nadie discuta contigo…

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Ser felices, conducir con precaución y si amáis algo en esta vida, amar también sus defectos y su lado menos bueno.

 

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